Azken berriak

“Skolae, pecado original”. Grupo de igualdad de Batzarre.

Un programa educativo que persigue que el alumnado sea capaz de “Elegir el proyecto vital propio, desde la libertad y la diversidad de opciones, sin condicionantes de género, aprendiendo a identificar las desigualdades, a luchar contra ellas y a ejercer su derecho a la igualdad en el ámbito de su cultura, religión, clase social, situación funcional, etc.” resulta peligrosísimo para un sector de la sociedad.

 

Un proyecto de coeducación estructurado alrededor de 4 grandes aprendizajes, diseñados para que el alumnado desarrolle 4 competencias, que integran a su vez la competencia global de vivir en igualdad, hace que en los sectores más reaccionarios salten las alarmas. 

 

Que esos cuatro aprendizajes sean la crítica y responsabilidad frente a la desigualdad; autonomía e independencia personal; liderazgo, empoderamiento y participación social; y sexualidad y buen trato, provoca que el puritanismo más férreo se eche las manos a la cabeza.

 

Porque con la igualdad hemos topado.

Y eso supone fomentar el pensamiento crítico ante las desigualdades, reconocer el aporte de los movimientos feministas en la lucha por la igualdad, visibilizar a las mujeres, a los padres cuidadores y comprometerse con el cambio de valores y la acción social.

 

Porque apuesta por la autonomía.

Y con ella nos cuestionamos el uso del tiempo de hombres y mujeres en los cuidados y el trabajo doméstico, la brecha salarial, el modelo tradicional de familia, apostando por la corresponsabilidad, la conciliación, por las maternidades y paternidades responsables.

 

Porque consolida los derechos de ciudadanía y el ejercicio del poder.

Apostando por el empoderamiento, la autoconfianza, la capacidad de liderazgo, el desarrollo de la empatía, la negociación, cuestionando relaciones de dominio y optando por proyectos colaborativos.

 

Porque contempla lo afectivo-sexual.

Y esto supone conocer nuestros cuerpos, reconocer la diversidad de identidades, cuestionar determinados modelos de relación amorosa basados en la desigualdad, aprender a vivir y disfrutar la sexualidad,  previniendo así relaciones amorosas violentas, la homofobia, las agresiones sexuales y otras violencias sexistas

 

Son tremendamente irresponsables las declaraciones vertidas contra Skolae, a pesar de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco), diga que la educación sexual es un tema urgente en las escuelas, y de ninguna manera incentiva el comportamiento sexual de riesgo, por el contrario, los futuros jóvenes tendrán más responsabilidad sobre su salud sexual y reproductiva.

 

Cuando los sexólogos y sexólogas mantienen que una de las causas del sexismo, la desigualdad, el maltrato físico y psicológico, las violencias sexistas… es el analfabetismo afectivo-sexual. Cuando los datos de violaciones, asesinatos de mujeres por el hecho de serlo, relaciones amorosas violentas, abusos sexuales a menores, homofobia… son terriblemente insoportables.

 

A pesar de todo ello, todavía hay personas cuyo posicionamiento es NO HACER NADA.

 

Como todo programa, habrá que evaluar, corregir y mejorar, pero es el primer proyecto afectivo sexual desarrollado para toda la etapa escolar no universitaria que trabaja la coeducación, la igualdad y el buen trato de manera transversal, siendo un factor protector frente a las relaciones violentas, los abusos y las desigualdades.

 

Esto supone cambiar mentalidades, empoderar a las niñas y mujeres, que los hombres renuncien a sus privilegios, cuestionar determinadas maneras interiorizadas y normalizadas aun cuando atentan contra los derechos más elementales.

 

Supone ser y aceptar sociedades más diversas, que los hombres se relacionen también desde la ternura, que las relaciones de dominio se transformen, hablar de sexualidad sin sonrojarse, no decirle a un niño o niña “no te toques” sino explicarle en qué momentos y lugares dejándole claro que sólo él o ella puede hacerlo, que las mujeres caminemos por las calles sintiéndonos seguras compartiendo los espacios con nuestros compañeros varones, protestar si cobramos menos, construir modelos más igualitarios, más justos, más accesibles a todos y todas, independientemente de a quién desees o cómo te sientas.

 

Pero para muchas personas es mejor no hacer nada…. Y así los resultados seguirán siendo los mismos. Porque quizá les interese que las cosas sigan como están.