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Sobre el concurso del corredor verde: no les importa la calidad del proyecto y vuelven a equivocarse en la redacción de un pliego. Por Olga risueño, portavoz de Izquierda Ezkerra Tudela.

Recientemente el Ayuntamiento de Tudela (a propuesta de la Concejalía de Urbanismo) aprobó el pliego para la contratación del proyecto y dirección de obras del llamado Corredor Verde del Prado: el encuentro del entorno del Ebro (ámbito o ecosistema fluvial) con la ciudad asentada en su orilla derecha (el ámbito urbano), desde la Peñica, pasando por el Paseo del Prado, desembocadura del Queiles, embarcadero, actual zona de aparcamiento sin urbanizar, Ribotas, bosquetes de galería a ambos lados del puente del Ebro, entorno de la Puerta de la Mejana y del Molinar, e inicio del recorrido hacia la ermita del Cristo.

 

Desde nuestro punto de vista se trata de un proyecto estratégico para Tudela, de los que hacen ciudad, ya que se pretende definir un parque fluvial y un recorrido peatonal a través de un espacio lineal de transición entre el medio urbano y el medio natural. Se trata de estudiar, diseñar y conectar un entorno de gran relevancia por su potencial en sí mismo como corredor “natural” y de convertirlo en un auténtico parque urbano conectado con el centro de Tudela. De ahí la trascendencia del proyecto y de las futuras actuaciones que de él se deriven. 

 

El proyecto debe abordar cuestiones de gran importancia, entre otras, la posibilidad de legalizar el actual uso de estacionamiento en Ribotas, actualmente dentro del llamado flujo preferente del Ebro, lo que significa un uso muy restringido allí donde el río exige su espacio. Ello exige un estudio de inundabilidad muy concreto que justifique una intervención que posibilite el uso de aparcamiento que actualmente, de manera muy precaria, se ha localizado junto a la desembocadura del río Queiles.

 

En el pliego se define el coste orientativo de las obras (cercano a los dos millones de euros) y también una cuantía máxima de adjudicación para proyecto y dirección de obras de 110.000 euros. Y este pliego ha sido recibido con estupor por muchos profesionales, recurrido al Tribunal Administrativo de Navarra por el Colegio de Arquitectos y posteriormente retirado por el propio Ayuntamiento. Da la sensación de que, tras el reciente fiasco de tener que anular por errores en el pliego, la adjudicación del concurso de proyecto y dirección de obras de la rehabilitación del Estadio Ciudad de Tudela, no ven claro lo que han hecho hasta ahora, ¿qué ha ocurrido en esa licitación?

 

Ha ocurrido que es un pliego que contempla el proyecto y la dirección de obra de unas actuaciones muy delicadas, por unos precios muy baratos, y sin pedir ni valorar en la adjudicación el equipo técnico adecuado. A pesar de la complejidad de las actuaciones, la licitación sale a precios muy bajos, inferiores al 6% del presupuesto de las obras, y respecto de la composición exigida al equipo técnico, no se entiende que no se pida un técnico ambiental o un biólogo en el mismo, cuando se trata de intervenir en un área natural e inundable en la que el impacto ambiental es un aspecto más que relevante.

 

Parece que les da lo mismo licitar un depósito de aguas, que una gasolinera, una urbanización, o un entorno natural sensible muy cercano al centro de Tudela. Y lo parece porque han hecho un corta-pega, y han utilizado el mismo pliego que para cualquier otro concurso de cualquier otra cosa, con unos pequeños retoques, completamente inadecuado para la complejidad y trascendencia del proyecto, con unos plazos de ejecución y una cuantía de adjudicación muy baja y con un equipo técnico mal diseñado para el trabajo que se pretende realizar.

 

Si estudiamos con detalle el pliego, vemos que los criterios de adjudicación son los siguientes: Propuesta técnica 20 puntos (10 Memoria y 10 Metodología y  Organización Obras), Precio 70 puntos, y Criterios sociales 10 puntos. Por lo tanto, además de que la licitación debe ser necesariamente baja por la cuantía máxima marcada de 110.000 euros, se prima como criterio base de adjudicación el precio barato de las ofertas. No se valora la calidad técnica de las ofertas ni la tercera parte que su precio, por lo que parece que eso es lo único que importa: ofertas baratas.

 

Les da igual la calidad del proyecto. En la memoria técnica del concurso deberían pedir cuando menos un estudio del medio físico en su situación actual, con análisis de su conexión con el entorno urbano, y con un diagnóstico detallado, que son los que deben motivar las propuestas de actuación a desarrollar en el proyecto de ejecución. Sin embargo, se limitan a pedir una simple memoria de soluciones técnicas y de calidades, y un detalle de la metodología de trabajo. Por el momento, parece que no saben hacer ciudad, sólo saben ejecutar las obras ya financiadas y proyectadas.

 

Puedes leer el artículo publicado en Plaza Nueva.