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Hacia el 28-A: la necesaria movilización electoral de la izquierda. Por Patricia Abad, Olga Risueño e Iñigo Rudi, Portavocía de Batzarre.

Cabían todas las posibilidades. Podía haberse planteado la continuidad del Gobierno y la aprobación por decreto ley de propuestas sociales emblemáticas y largamente demandadas pero, probablemente, presiones internas y externas, sumadas a la aritmética electoralista, han decidido a Pedro Sánchez a correr el riesgo de unas elecciones generales anticipadas el próximo 28A.

 

En el complicado recorrido que ha realizado el Gobierno durante estos meses se ha conseguido, después de mucho tiempo, que las izquierdas se hayan sentado a hablar. Entre otras cuestiones, han acordado importantes medidas sociales como el aumento del salario mínimo, el incremento de las pensiones y de los salarios públicos o cuestiones vinculadas a la Memoria Histórica como el inicio del proceso para la exhumación y traslado de Franco del Valle de los Caídos. Propuestas todas ellas que han sido una exigencia de Unidos Podemos, coalición de la que formamos parte.

 

Pero todas las luces tienen sus sombras y ahí han quedado pendientes cuestiones que no son menores, como la reforma laboral y educativa, o la derogación de la ley mordaza, por citar algunas.

 

Con todo, la experiencia ha forjado un importante, e interesante, nivel de entendimiento entre PSOE y Unidos Podemos, que no es poco, hasta el punto de elaborar conjuntamente los presupuestos y pelear hasta el final para que éstos pudieran salir adelante. De haber cuajado, estos presupuestos, pese a sus limitaciones, hubieran sido un paso importante en la recuperación de políticas sociales de calado, en materias como dependencia, prestaciones por desempleo, ayudas por hijos e hijas o lucha contra la pobreza. No ha sido posible y, como siempre, el pato lo pagarán las personas más vulnerables de nuestra sociedad.

 

La suma no ha dado. Estaba claro que la derecha los tumbaría. Por su parte, ERC y PdeCAT, ante el inicio del juicio a los nacionalistas catalanes con la petición de 25 años por rebelión (a todas luces improcedente), han decidido castigar al gobierno con el voto en contra. Una decisión a nuestro juicio equivocada. Quizás la importante carga social de estos presupuestos no ha sido una cuestión prioritaria para los nacionalistas, que han preferido anteponer sus propios intereses y con ello tumbar la posibilidad de un avance tan necesario para el conjunto del Estado. Error histórico al que se ha sumado también EH Bildu, y que ha sido el detonante de un adelanto electoral que ha dado alas a las derechas, más fanatizadas cada día que pasa.

 

Estamos pues en un escenario electoral de alto voltaje. “Los cuatro de Colón”, con UPN como actor invitado, están empleando la artillería más agresiva contra los avances en materia de derechos sociales, libertades, políticas contra la violencia de género… con un “tono” que seguro irá “in crescendo” a medida que se acerque la cita electoral. Se sienten con el viento a favor tras las elecciones andaluzas, el espacio europeo y el escenario mundial.

 

En este panorama ¿qué hace la izquierda ante las elecciones generales el próximo 28A? Es tiempo de reaccionar, de crear las condiciones para que puedan rubricarse pactos progresistas de gobierno que alejen la posibilidad de que el nefasto acuerdo de las derechas en Andalucía tenga su réplica en las próximas elecciones generales del 28A y más tarde, el 26M, en las elecciones autonómicas y municipales.

 

En Navarra, a todo lo anterior se une la necesidad de defender firmemente nuestro autogobierno, clave para garantizar el respeto a la pluralidad de la sociedad navarra, además del progreso y la cohesión social en nuestro territorio. Acabamos de conocer los planes de UPN, que finalmente unirá fuerzas con el PP en todos los ámbitos, y con ello sugiere su clara disposición a posibles alianzas con Vox y Ciudadanos en nuestra Comunidad. ¿Qué precio estará dispuesto a pagar UPN por tocar poder?. La elocuente foto de Colón ya dice mucho, para quien quiera leer.

 

Tenemos pues la responsabilidad de crear las condiciones para la movilización electoral de la izquierda, determinante para cambiar el rumbo actual, frente a una derecha que está desacomplejada, motivada y movilizada. Nos jugamos mucho este 28 de abril. Está en juego retomar la senda de la garantía de los derechos sociales, especialmente de quienes se encuentran en una situación más delicada, como las personas jubiladas, dependientes, los jóvenes y las mujeres, las personas migrantes y todas aquellas gentes que sobreviven en las zonas más desprotegidas de la sociedad.

 

Desde Batzarre trabajaremos denodadamente para que las reivindicaciones y los valores de la izquierda se abran camino y ganen espacio en las próximas elecciones generales al Congreso y Senado. Nuestro Consejo Político aprobó que Batzarre esté presente y trabaje para obtener un buen resultado desde la candidatura de Unidas Podemos al Congreso, y apoye una posible candidatura al Senado de las cuatros fuerzas políticas del cuatripartito. Y para ello, la movilización del voto de la izquierda es clave.