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MAYA I «El ocurrente». Por Iñigo Rudi y Edurne Eguino.

De nuestros dirigentes siempre esperamos  que actúen con decisión y con rigor para resolver o al menos aliviar los problemas de la ciudadanía. Y en estos tiempos de enorme crisis sanitaria y sus terribles consecuencias socio-sanitarias, deberían aplicarse con mucho mayor esmero en esa tarea.

Sin embargo estamos viendo, semana tras semana, con asombro y sonrojo cómo el Sr. Alcalde presenta iniciativas sin el suficiente contraste y aval técnico y que la mayoría de las veces no pasan de ser meras ocurrencias o anécdotas de sala de prensa, pero otras son verdaderas bombas de relojería con intención de eliminar recursos y programas de atención social esenciales.

 

El pasado 30 de marzo ya denunciamos que mientras enviaba un «emotivo» mensaje a la infancia de la ciudad, desmantelaba los 8 servicios de atención preventiva comunitaria que les atienden en sus barrios, en plena pandemia, es decir cuando más necesitaban esos niños y niñas de programas adaptados a su situación de confinamiento.

Cuando tantos sectores de la sociedad estamos devanándonos los sesos para hacer propuestas de refuerzo de los servicios públicos, de atención a la población más vulnerable, infancia incluida, al Sr. Alcalde sólo se le ocurre volver a recortar servicios sociales, como ya hizo en 2011, dejando esta vez sin atención a la infancia de los barrios durante el verano y amenazando con multas de más de 50.000 euros a los equipos responsables de esos programas, justamente por querer trabajar más de lo que a él se le ocurre en este momento.

 

Y nos preguntamos ¿qué ha hecho con el I Plan de Infancia, con el que conseguimos ser «Ciudad Amiga de la Infancia»? ¿Sabe o le importa al Sr. Alcalde que va a perder ese nombramiento si continúa desmantelando los equipos de los barrios, que han sido pioneros en el modelo de atención preventiva a la infancia desde hace décadas?

 

En lugar de estar desarrollando ese Plan de Infancia y Adolescencia, se vuelve a dejar a ésta sin servicios de dinamización, mientras les amenazamos con multas porque se reúnen en los parques sin medidas de protección, cuando no tienen otras alternativas.

 

Siguiendo con las «ocurrencias» de las últimas semanas, podemos citar aquellas que tienen consecuencias graves como la orden «cruel» de tomar la temperatura a personas usuarias de las unidades de barrio, y de no atenderlas en sus necesidades urgentes y básicas si superan una determinada temperatura.

De «ocurrencia» puede tildarse también, por su brevedad el cambio en beneficio de peatones y ciclistas en la calle Amaya o la última de anunciar su idea de nuevos impuestos a las bicicletas. Es conocida la pulsión del Sr. Alcalde y su partido UPN por defender la movilidad en coche particular, al estilo negacionista de sus efectos contaminantes y de cambio climático del «primo» de Rajoy, y sin embargo sigue haciéndonos sufrir en este contexto en el que tantas Alcaldías de ciudades grandes y pequeñas han aprovechado las calles vacías para darles uso peatonal y ciclista.

 

Y por último, queremos hablar también de sus «ocurrencias» sobre sanfermines, que denotan tanto miedo a lo que puede ocurrir como desconfianza en la ciudadanía a la que debe servir e incapacidad por generar iniciativas participativas, responsables con la especial situación de este año de pandemia y al mismo tiempo sensibles con unas fechas que a tantas personas emocionan como ninguna otra.

No se trata Sr. Alcalde de escaquearse de su responsabilidad, mandando emisarios a hablar con las Comisiones de Fiestas y Jai Batzordes de los barrios y tampoco de prohibir almuerzos en las calles, mientras los bares, terrazas y restaurantes no dan a basto con las peticiones.

Se trata de ponerse al frente de una situación que hay que gestionar de forma responsable y participativa, prestando colaboración a iniciativas que pueden planificarse respetando las medidas recomendadas en la situación actual.

 

¿Por qué no señalar grandes espacios y parques para que puedan celebrarse los tradicionales almuerzos de forma ordenada, cumpliendo con las medidas de prevención? ¿Por qué no organizar en lugar de prohibir? ¿Por qué no animar a celebrar cumpliendo con las normas, en lugar de esconderse en el ayuntamiento cerrando los ojos y preparando las acusaciones a uno y otro lado sin haber asumido las propias en ningún momento?

 

 

Puedes leer la carta publicada en Diario de Noticias de Navarra.