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Mohamed Ounasser. Por Nerea Urroz.

Me encanta que Mohamed Ounasser haya sido distinguido con el premio de la juventud 2019. Porque no tiene mérito alguno nacer en una parte del mundo. Es simple azar. Porque no tiene mérito alguno ser joven. Es proceso vital. Porque no tiene mérito alguno el color de la piel. Es una mera cuestión genética.

 

Pero, sin embargo, lo que sí tiene mucho, mucho, mucho mérito es no perder la cabeza cuando te despides de tu madre escuchando un “cuídate hijo mío” y no tienes ni idea de cuándo vas a volver a abrazarla ni regresar a tus colores, a tu tierra, a tu música, a tus raíces…

 

Y tiene mucho, mucho, mucho mérito seguir confiando y creyendo en la sociedad que te acoge, cuando pocas veces da muestras para hacerlo.

 

Me encanta que un menor extranjero no acompañado sea titular de buena noticia, y que sirva para afianzar el dato que aporta la Subdirección de Familia y Menores del Gobierno de Navarra: el 95% de estos chavales tiene una integración plena y normalizada.

 

Es hora de silenciar lenguas venenosas, rumores malintencionados y temores infundados. Porque Mohamed no es la excepción. La anormalidad es lo otro. Y cualquier persona con un mínimo de sentido social debe saberlo y contarlo. Para que nadie calle ni baje la cabeza ante los múltiples mensajes que tratan de rebajar nuestra humanidad. Sólo así podremos decir que vivimos en una sociedad más justa y solidaria.

 

Carta de nuestra compañera Nerea publicada en Diario de Noticias